martes, 31 de julio de 2012

Casi una ficción

Una situación que a muchos les sonará cercana 

La vida se está poniendo muy cuesta arriba, cada día resulta más desesperanzador que el anterior, sin trabajo y llegando a duras penas a final de mes, pocas cosas provocan ya un poco de interés en este hombre a quien los años y la situación han robado toda esperanza y alegría.
Solo la naturaleza, el campo y sus bellos paisajes hacen brillar aún su mirada. Traérselos en la cámara y disfrutarlos en casa es un bálsamo en los días en que el desánimo pesa más de lo habitual.
Hoy se ha escapado a uno de sus más bellos paraísos, pero sabedor de lo que hay, lo ha hecho en día de labor para disfrutar de un mayor espacio de soledad y silencio, cosa harto difícil los fines de semana.
No le pesa madrugar, tampoco caminar y hace rato que ha pasado por los lugares más bellos, mas fotogénicos y los ha inmortalizado con su cámara, pero ahora le apetece otro tipo de disfrute, le apetece descansar junto a la orilla, con los pies en el agua y la cámara en su trípode colocado junto a él.
Todo es silencio, ese silencio que arrulla, ese silencio lleno de sonidos de viento entre las hojas, de trinos de pájaros, de los provocados por pequeños mamíferos y reptiles casi invisibles entre la maleza, de la propia agua en alegre discurrir por su inmemorial cauce. Se siente en paz, por un momento, los problemas parecen no existir, no es que los haya olvidado, pero allí, en esa situación, quedan en un segundo plano. Ya ocuparán su preeminente lugar más tarde, cuando vuelva a estar inmerso en la cotidianidad de todos los días.
Tras él, una voz, amable pero firme se deja oír: señor, tiene que salir de ahí, está prohibido acercarse a la orilla para hacer fotos y tampoco puede meter usted los pies en el agua.
Con parsimonia, nuestro hombre recoge su trípode con la cámara, lo hecha sobre su hombro y sin prisa pero sin detenerse, sube hacia  la senda. Al llegar junto a la guarda del parque que le ha llamado la atención, una melancólica sonrisa se dibuja en su rostro que es correspondida de igual manera por la joven. Un escueto y apagado “buenos días” al que ella corresponde un igualmente escueto “lo siento” es todo lo que se dicen. El camino de retorno se encuentra ante él y lo sigue

La magia que no cesa, rincones de agua

Donde sosegarse



martes, 24 de julio de 2012

Urbasa, promesa otoñal


Posiblemente sea causa de la pertinaz sequía, el caso es que en el tierno brote de haya que aun conserva el color de la hoja joven, ya se ven en otras el inicio de un otoño que se adivina temprano. Este día fue de asueto para el calor y la niebla lo humedeció todo

lunes, 23 de julio de 2012

La magia que no cesa. El rincón olvidado

No por el aficionado 


Afortunadamente, en medio de la gran masificación de que adolecen los lugares con interés,  el aficionado a la fotografía aun puede encontrar rincones escondidos fuera del circuito habitual del visitante.
Lugares mágicos y secretos que solo se trasmiten de boca a oreja entre ellos, preservándolos así  del deterioro pero dándolos a conocer para el disfrute de quien quiera hacerlo a través de la fotografía.

:-)


martes, 17 de julio de 2012

Donde la magia empieza

En realidad, aquí es donde empieza la magia, en el bosque encantado de Urbasa. Rodeados de niebla, tratando de encontrar algún motivo aceptable , cosa no siempre fácil en el interior de un bosque, nos tropezamos con el viejo señor de los bosques de la mitología vasca, El Basajaun, aquí un poco trasmutado en esfinge (será cosa de la globalización). No obstante, fiel a su fama de bonachón protector de quienes se internan en la espesura, se adelantó a protegernos del gran felino que acecha entre los arboles y la niebla. 
¿Los veis?

lunes, 16 de julio de 2012

La magia que no cesa II

Menos frecuente en las postales que se acostumbran a ver del Urederra por estar en un lugar de incómodo acceso. Han de darse unas condiciones de caudal, suficiente pero no excesivo para poder acceder al punto desde donde tomar esta foto. Ello y pertenecer a la variedad "arriesgatus" de la familia de los Homo photographus; variedad esta a la que me cabe el honor de haber sido el modelo que le dio nombre (no el que inició la variedad que seguro es tan antigua como la propia disciplina fotográfica).
Así fue nombrada por el ilustre aficionado Alberto Cortes, mañico el, durante una sesión en los Mayos de Riglos.
Puedo dar fe

sábado, 14 de julio de 2012

La magia que no cesa

Porque magia es que por muchas veces que visites un lugar te siga sorprendiendo, enamorando.
El mismo lugar pero siempre diferente, siempre hermoso.
El agua hermosa
Ur ederra
Urederra