viernes, 6 de enero de 2012

Remembering Berna


Puede que alguien se haya sorprendido de mi gusto por el invierno al visitar algunas ciudades, pero la verdad es que puedo hacerlo extensivo a casi cualquier situación.
Ya sé que el otoño y su colorido son un disfrute para la vista, ya sé que la primavera y su explosión de vida resultan igualmente atractivas y que el verano nos deja la belleza de las pieles al sol, pero…
El aire como inmaculado cristal, con su trasparencia, su pureza y su tonificante efecto, solo lo encuentro en una soleada mañana invernal y pasear calmadamente disfrutándolo, disfrutando del menor agobio en las ciudades o en la soledad del campo, me produce un intimo placer que no sé si soy capaz de trasmitir en estas torpes frases.
Podéis hacer la prueba, este invierno, en una mañana soleada y fría, acercaros a un parque o plaza de la ciudad y sentaos a disfrutar bien abrigados del ir y venir de la gente mientras el tibio sol os acaricia y dejaros llevar por la paz del momento
Puro placer

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