Su primer encuentro con el mar cuando apenas tiene siete meses y medio.
Jugar con un palo es su obsesión pero
su postura denota miedo y sumisión.
No se rendirá.
Aun asustado, espera a que el agua se retire
Su osadía crece
No se resigna a perder el palo
Pero el gran monstruo húmedo hace valer su poderío
Se impone la retirada
Hacerlo a tiempo siempre es una victoria
El miedo ha quedado atrás
Es el momento de disfrutar
De avanzar cuando se puede
De retroceder cuando es necesario
De convertir al mar en un compañero de juegos
La S del colectivo llegaba a Málaga desde Ámsterdam y me escapé a recogerla con unas horas de antelación. Tenía curiosidad por ver como reaccionaba Opari ante el mar.
Fue muy divertido a la vez que muy didáctico.
Lo repetiremos
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