En circunstancias normales, apenas una mirada de soslayo al cruzarnos hubiera sido toda la interacción con la señorita, pero llevar una mascota da pié a que la indiferencia habitual por el entorno humano en esta sociedad quede diluida por un manto de simpatía y cercanía que ayuda a socializar nuestro tiempo con los demás, hasta supimos que era de Bilbao.
Dan trabajo si, pero compensa.
De muchas maneras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario