miércoles, 21 de mayo de 2014

Asociaciones


Seguro que también os pasa, eso de asociar la música a determinados recuerdos, de manera que cuando la oímos, inevitablemente nos vienen a la cabeza los a ella asociados.
Bueno, a mi también, pero ademas es algo que me ocurre con determinados paisajes, con determinadas zonas, que han quedado ancladas a recuerdos de juventud, de inocencia, de ganas de descubrir.
Lugares como este, no mas lejos que treinta o treinta y cinco kilómetros de donde entonces vivía, pero lejos para la época aquella en la que los medios para desplazarse eran mas bien escasos y la economía parecida a la que ahora sufrimos, (soy uno de los que sabe lo que es la crisis porque siempre ha vivido instalado en ella :-( je ). Asociado a viajes en auto stop o en autobús de línea, a largos paseos y ascensiones a modestas pero hermosas cumbres, a noches en camastro de helechos secos en txabola de pastor, comido de pulgas y picaduras de arañitas, de charlas con los colegas, de húmedos madrugones y de agua.
Agua que nunca faltó en un paisaje inmutable de bosques de hayas y pastos donde las ovejas y las yeguas encuentran su paraíso.
Hace mas de cuarenta años que visité esta zona por primera vez y todo esto me asalta cuando tengo la oportunidad de visitarla.
Me place y complace 

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