En la linde del bosque recostado en mi melancolía
Instalado como para siempre
Y a lo lejos la llanura amarilla
Iluminada por un escueto sol de invernadero.
Así nos canta Manolo García en una de sus bellas canciones, aunque en este caso, ni sol escueto ni leches.
Niebla, nieve y frío.
Un día maravilloso para darse un paseo por las soledades de la sierra de Abodi, entre semana, cuando no anda nadie.
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