Me explico.
El arroyo no solo recibe el agua de su fuente y pequeños afluentes, en sus orillas, hay grandes zonas permanentemente encharcadas que son difíciles de evitar si se busca un encuadre en el que el río tenga su protagonismo.
Lo mejor es ir con botas altas de goma, pero si como yo ese día, solo vas con unas deportivas de montaña, lo normal es terminar con el agua y el barro muy por encima de los tobillos y peleando por sacar los pies sin dejar el calzado a cada paso.
Esta simple dificultad, convierte el lugar en un rincón casi secreto y privado, de lo que me aprovecho siempre que tengo la oportunidad
(O_O)
La oscuridad de la roca y el escaso caudal de las cascaditas le aportan un color algo raro al agua que no he sabido arreglar.
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