Al fondo uno de los pocos túneles que quedan , por donde se inyectaba agua para derrumbar la montaña y lavar luego las arcillas en busca de oro. Muchos de los esclavos que hacían el trabajo morían por las duras condiciones en las que lo realizaban.
Nuestra Beltza mira con atención lo que quiera que se moviera muchos metro mas abajo y tras lo que salió corriendo, o mas bien resbalando hasta el bosque. Luego le costó encontrar un lugar por donde volver a subir con gran esfuerzo
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