Tres
veces he visitado Toledo, la primera antes de cumplir los catorce años y de la
que apenas recuerdo tan solo el hecho de la propia visita y de haber comprado
un pequeño cortaplumas como regalo a mis padres.
Pasarían
casi cuarenta años antes de la segunda y fue un visita turística de las de
recorrer morosamente calles y callejuelas y las típicas visitas a los típicos monumentos
que dan lustre a la ciudad.
La última,
en fechas recientes fue de la misma índole pero más centrado en la fotografía,
quise cuando menos traerme la más típica postal de la ciudad tomada por debajo
del parador nacional de turismo. Esta que os muestro y que además me incita a
una reflexión sobre el poder, sus manifestaciones y su competencia.
Es
evidente que el alcázar fue construido en época posterior a la catedral, con la
que compite en situación y magnificencia en su construcción e iluminación, pero
cosa curiosa, los pináculos de sus torres parecen mantener una altura similar y
aun diría que la espadaña de la torre de la catedral sube ligeramente más alto
que las del alcázar.
Se
diría que el estamento militar no estaba dispuesto a quedar por debajo de los
representantes de ese otro reino que dicen
no ser de este mundo, pero hay algo muy claro y que no ofrece dudas; El resto de los mortales a sus pies.
Paganos
(de pagar) y carne de cañón.
La cosa
no cambia.
Solo he visitado Toledo una vez y fue para perderme en sus calles y admirar su belleza, pronto volveré y esta vez será para fotografiarla.
ResponderEliminarTu foto me ha incitado a ello.
Preciosa nocturna.
Un abrazo
Gracias Isabel, me alegro de que cuando menos esto sirva para provocar el deseo de ver y conocer en otras personas.
EliminarToledo tiene mucho con lo que disfrutar, pero pienso que en otra hipotética visita, procuraré que sea en cualquier otra estación que el verano, ¡¡¡que calorrrr!!!!
Un beso
El último recuerdo que tengo de Toledo es un tapeo generoso y una noche loca con músicos rusos...je.
ResponderEliminarUn recuerdo que no me importaría hacer mío.
EliminarAbrazos
Tres veces he visitado esta ciudad... Me encanta, y volveré, pero tu fotografía es maravillosa y tu texto, sin duda, fiel reflejo del poder aunque sea dentro del esplendor de esta ciudad sorprendente...
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