Puede
que alguien se haya sorprendido de mi gusto por el invierno al visitar algunas
ciudades, pero la verdad es que puedo hacerlo extensivo a casi cualquier
situación.
Ya sé
que el otoño y su colorido son un disfrute para la vista, ya sé que la primavera
y su explosión de vida resultan igualmente atractivas y que el verano nos deja
la belleza de las pieles al sol, pero…
El aire
como inmaculado cristal, con su trasparencia, su pureza y su tonificante
efecto, solo lo encuentro en una soleada mañana invernal y pasear calmadamente disfrutándolo,
disfrutando del menor agobio en las ciudades o en la soledad del campo, me
produce un intimo placer que no sé si soy capaz de trasmitir en estas torpes
frases.
Podéis
hacer la prueba, este invierno, en una mañana soleada y fría, acercaros a un
parque o plaza de la ciudad y sentaos a disfrutar bien abrigados del ir y venir
de la gente mientras el tibio sol os acaricia y dejaros llevar por la paz del
momento
Puro
placer
Puro placer.
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