Altos
caminos de luz que transitan por territorios solo hollados por buscadores de lo
intangible, de la belleza inventada, amantes del vértigo, enamorados del
viento. Solo saben mirar hacia arriba.
Un
fuego interior, una pasión que les empuja a seguir, sabiendo que el camino es
un fin en sí mismo, no una meta en su final.
Caminantes
hacia ninguna parte, justifican en su empeño la propia autodefinición de “conquistadores
de lo inútil”
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