Tantos años esclava de su lugar, condenada a permanecer allí como reclamo de infelices amantes que en su pos se internaron en las oscuras y frías aguas para no retornar jamás.
Tantos sueños desechados, tantos deseos de vivir lo negado y ahora, por fin, se le había otorgado el deseo. Con el próximo que en su busca llegara, quedaría liberada para unirse a él en una vida de humana condición con su predestinado fin. Luego llegaría el descanso.
Quería
deslumbrar a su futuro amante y para ello, pidió a su amigo el río que le
creara un hermoso vestido de novia que hiciera brillar su estilizada figura
pero…
Parece
que el destino sigue burlándose de ella condenándola a la espera.
Parece
que los hombres han dejado de creer, de pensar en ella.
Nada
existe si no se piensa
Me gusta la foto y me encanta el texto.
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