martes, 6 de diciembre de 2011

Conversación en el hammam de la Alhambra

Dos hombres

.-Buenos días Ahmed, que Ala sea contigo
.-Que lo sea contigo Yussuf, se bienvenido
.-Vengo de palacio y allí he visto a tu esposa barriendo en el patio de los Arrayanes
-.Si, gracias a la recomendación del maestro de la medersa, que Ala bendiga con una larga vida, podemos añadir unas monedas que nos ayudan a vivir
.-Pero tú eres el panadero que abastece al palacio, no deberías deshonrarte permitiendo que tu mujer trabaje, ¿Cómo te atenderá a ti y a tus hijos?
.-Precisamente por ello, Como sabes, nuestro pequeño Ali cuenta con el favor del maestro que piensa que tiene talento y un futuro a su lado cuando los años le obliguen a dejar la enseñanza. Nuestro hijo ya no puede realizar el reparto del pan y he tenido que contratar al hijo de Fátima, la viuda de Hassan, el albañil que murió durante la reparación de La Torre de la Vela y con lo que deja la panadería, apenas si podemos mantenernos los siete que somos de familia.
.-Pero el Corán dice…
.- ¿Sabes tú acaso leer? ¿Dudas de la sabiduría del sabio maestro de la medersa que cuenta con la bendición del  Imán  del reyno de Granada? ¿No estarás escuchando voces interesadas que interpretan la palabra de Dios a su conveniencia?
.-Pero en la mezquita del Albaycin nos recuerdan cada día que la mujer se debe a su esposo
.- Y así es, y el hombre a su esposa y ambos a sus hijos, ¿acaso hemos de avergonzarnos  por preocuparnos de su futuro?
Yo me siento muy honrado por mi esposa y espero que ella lo sienta así de mi
.-Discúlpame Ahmed, creo que no he estado correcto, todo el mundo en La Alhambra conoce tu honradez y tu bondad
.- Quedas disculpado amigo Yussuf, hermano. Ahora me voy honrar a mi esposa que ya estará en casa. Que Alá sea contigo

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