En el bosque
Llevo
un buen rato internándome en este mundo de color, no hay caminos, no hay referencias, un árbol
es igual a otro.
Noto
una presencia invisible, un sonido que
me llega desde un lado y voy hacia allí, pero nada cambia, la luz sigue
llegando tamizada, teñida del multicolor de las hojas del hayedo en otoño, denso
y misterioso, pero va decayendo y cuesta ver con claridad.
Vuelve
la sensación en la nuca y me giro…pero nada. Nada cambia y nuevamente otro
sonido como de pasos entre la hojarasca dirige los míos. Si no encuentro
pronto una senda, un camino, alguien se preocupará y no quiero que así sea.
Todo
parecía muy sencillo al comenzar la andadura. Total, estamos en el mundo civilizado
y esto no será tan grande, pero son ya muchas horas de marcha en soledad y una
cierta angustia se alía con el cansancio.
¡Otra
vez! y muy claramente además, algo o alguien se ha movido por delante de mí,
incluso he visto ramas moverse y dudo si no será mi imaginación y el deseo,
pero juraría que también he visto una desdibujada figura que se perdía entre
los árboles. Con ciertas dudas alzo la voz en una llamada que pretende ser
casual, como de “mira qué casualidad oye”, pero nadie contesta, todo ha vuelto
a quedar en silencio.
Con una
cierta urgencia dirijo mis pasos hacia allí y poco después encuentro el camino.
¡ POR FIN!
Dedicado a la amiga Alicia Pop
Dedicado a la amiga Alicia Pop
Mil gracias Txema!!!!
ResponderEliminarTus imágenes y tus palabras impactan!
Logras atrapar la atención en ambas, tienes talento!!!
Muchas gracias y saludos mendocinos!!!
La historia engancha, me gusta. Y la foto le va al pelo.
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